Timendi causa est cescire. "La ignorancia es la causa del miedo", Séneca.


lunes, 26 de junio de 2017

Imparable hundimiento

Mi mejor amigo murió hace 3 meses, toda la gente que me amaba desapareció. Pude ver como se iban uno por uno, el dolor se hacía más tolerante cuanto más perdía, ahora me encuentro solo y arrinconado en esta desolada habitación. Ya no puedo distinguir la oscuridad de la luz, creí que esa lejana ventana sería mi salida pero ahora no sé donde esta. 

Con dificultad me desplazo pisando y cortándome con objetos desconocidos, me desgarra la carne y tritura mi alma. Trato de gritar con todas mis fuerzas y suplicar ayuda, pero mi voz se siente atrapada en una profunda caverna donde jamás se ha escarbado y mucho menos explorado. 

¿Aún queda alguien por aquí?

hace meses que no escucho voces. Esto era lo que quería en un momento pero ahora no lo soporto más, traté de arrebatarme la vida con el único preciado instrumento que tenía: Mi cuchara. La he estropeado, ahora no tengo nada.

Estas paredes se han llenado de moho y escucho ruidos extraños, pero deben ser esas criaturas que se apoderaron de mi estancia, de mi corazón y finalmente de mi vida. Poco a poco me fueron arrastrando, hundiendo cada vez más en su letal y falso cariño. 

Puedo escuchar que alguien me habla desde el suelo, me dice que tiene la salida. Escarbo con todas mis fuerzas, primero mis uñas se desprendieron, después mis dedos se estropearon. Me es posible asegurar que era concreto por el estado asqueroso de mis insufribles manos, al menos ya llegue aquí, esta aún más oscuro que allá arriba. No puedo respirar, el aire apenas llega, necesito que alguien venga a salvarme. 

Mi cuerpo se paraliza, perdí todas mis fuerzas. Lo único que puedo hacer es escuchar, unas voces a lo lejos me suspiran "Feliz cumpleaños, feliz cumpleaños. Si nos dejas desde ahora nos encargaremos de ti" Que tentación tan grande, a pesar de sus aspectos espeluznantes y putrefactos, me sentía bien con ellos. 

Me dieron un abrazo fúnebre, con algunos gestos mustios. Grité a más no poder pero me taparon la boca ahogando mi suplicante grito, repentinamente cerré los ojos y me perdí en sus cautivadoras cuencas.