Timendi causa est cescire. "La ignorancia es la causa del miedo", Séneca.


martes, 29 de marzo de 2016

Cuando casi fallecí por un videojuego

Que cada uno desee creer lo que le apetezca.

(QUE LA TREMENDA ESTUPIDEZ DE ESTA ACCIÓN HAGA CONCIENCIA DE AQUELLOS FUTUROS ESTÚPIDOS DE LAS GENERACIONES VENIDERAS).

No hace mucho tiempo que sucedió. Estaba sentado en mi sillón, relajado viendo mi serie favorita. Después aquél hombre entro con tal violencia que sentí abrirse el suelo de mi morada y me dijo; "es tiempo".

Me puse en pie y empezamos a andar rápidamente para efectuar la compra del material, el lugar indicado se encontraba a 30 minutos aproximadamente. Aunque... ya no quedaba mucho tiempo, teníamos que correr exasperadamente. Llegamos a la avenida principal donde pasaban las rutas más veloces y efectivas de la ciudad, pasó la ruta esencial para llegar al lugar pero por alguna razón u otra no lo pudimos tomar y lo dejamos pasar. Detrás de ésta ruta venía la que era más rápida aún, sin vacilar, la tomamos. Nos sentíamos aliviados al ver que la ruta iba tan rápido como pensábamos, sin embargo, algo malo sucedió: el camión se detuvo en seco y escuchamos un estrepitoso ruido, era el claxon de un tren.

Ambos nos miramos a los ojos y sabíamos que tendríamos que hacerlo. Nos bajamos del camión apresuradamente y empezamos a correr. El tren ya nos había rebasado, pero seguíamos corriendo con tal desesperación y miedo, las piernas sumisas se movían de formas inhumanas. De reojo se podía ver que íbamos por delante de aquél coloso de hierro y acero. Me podía sentir invencible pero sabía que si esa máquina me llegaba a tocar me destrozaría al instante, en el peor de los casos quedaría vivo con una discapacidad permanente. Ambos volteamos con desesperación, las venas exaltadas eran visibles en nuestro cráneo, todo el panorama se movía de forma impetuosa.

 
El tren seguía haciendo su presencia tocando aquél sonido destructivo con tal coraje que nos amedrantaba. Pero ahí fue cuando brincamos, cruzamos las vías y derrotamos a la potente creación. Ya estabamos del otro lado, y el tren siguió su camino al igual que nosotros. Ahí estaba el contacto y efectuamos la venta del videojuego.
 
Después de aquél suceso, supe que había sido una de las cosas más temerarias, estúpidas y extremas que he hecho en mi vida. Simplemente fue como tenía que pasar, por alguna razón tomamos una diferente ruta, el primer camión que no tomamos pasó primero que el tren. En ese caso jamás hubiera ocurrido nada de esto, tenía que aprender de esta experiencia innecesaria. Me estremezco cada vez que recuerdo esto, me digo a mí mismo; "pero que tontería hice, me arriesgué por un material." Es algo que no volveré a hacer, es una oportunidad para hacer lo correcto y no arriesgarse por nada en un futuro. Por ahora me sentaré y disfrutaré de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain.
 
 
Esta historia sucedió en este año, de un anónimo alegre, con ganas de aprender cada vez más. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario