Manolo: ¡Por favor, al menos cocina al pobre cerdo!
Pigo: Ja! ¿cuál cerdo? ¡YO SOY EL CERDO!.
Con esta introducción, es una desgracia para mí informar que hoy me convertí en un carnívoro despiadado y enfermo. No me han dado muchas ganas de escribir, como en todo el último mes pero agradezco de todo corazón sus visitas. Estoy sorprendido, Gracias nuevamente.