Acostados dejando pasar el tiempo, sintiendo la esencia de tu piel.
Echados en la cama sin levantarnos todo el día, mientras afuera se escucha la humedad de tus mejillas.
Puedo sentirte en el aire, aquella ventana tiene un fresco gris.
Estas nubes que entran y salen de la habitación hacen mi sueño posible.
A la mañana siguiente salimos a caminar por las vastos paramos de nuestro paraíso.
No hay sol, solo nubes grises.
Caminamos sin caminar, conversamos sin conversar.
No hay madurez ni seriedad, solo felicidad y tú.
Deseo que esta sea mi vida, que siempre seamos así.
Sin frustración ni deudas, sin cadenas y superficialidades.
Esta cuarto, este espacio y tú son todo lo que tengo.
¿Qué más puedo necesitar?
Aquí no llegan las preocupaciones ni las tentaciones.
No me despiertes jamás de este encanto.
Dame un beso y envíame a dormir a tu lado.
